Boletín Rosa de los Vientos III. Sujetos transgresores: criminalidad y castigo


Introducción

El sobrino de Rameau sabe bien —y es lo que lo hace obstinarse en sus huidizas certidumbres— que está loco. Antes de comenzar, exhala un profundo suspiro y se lleva las dos manos a la frente; en seguida, vuelve a adoptar un aire tranquilo y me dice: vos sabéis que soy un ignorante, un loco, un impertinente y un perezoso. 

Lo sucedido con el sobrino de Rameau, nos cuenta Michel Foucault, es que para algunos él vivía en un estado de sinrazón que no estaba sancionado. No había un nombre que lo determinara, o bien un lugar, o una clasificación en la que fuera puesto como todos los demás que han sido sometidos al proceso de la prescripción. Se debió, por tanto, construir una ordenanza a la que llamaron: “locura”; en consecuencia, y ya desde un lugar, sabemos que el sobrino de Rameau, sí, “está loco porque se le dice que lo es y se le trata como tal”. El sujeto transgresor se entiende, por tanto, como aquel individuo que a través de sus prácticas y saberes trastoca los límites de lo establecido, de lo aprobado; rompe con la armonía de las buenas costumbres, con la ordenanza en turno; y, en consecuencia, sus acciones son objeto de castigo. A estos sujetos se les reconoce como criminales, prostitutas, homosexuales, locos… se les confiere un nombre y un espacio dentro de la sociedad y, por ende, dentro de sus leyes con el objetivo de diferenciarlo, pues la forma en la que se conducen estos sujetos atenta a los intereses y el bienestar de la mayoría. No obstante, desde la época colonial hasta nuestros días en Valladolid-Morelia la sociedad disciplinadora denotaría algo más en la figura del transgresor, ya que también sería considerado como un sujeto que atentaba —y aún lo hace— contra el modelo ideal de conducta, y, por consiguiente, el de ciudadanía. 
La necesidad de intervenir por parte de las autoridades en sus habitantes se volvió más imperante que nunca por lo que se dieron a la tarea de construir y desplegar mecanismos que regularan las acciones de aquellos que formaran parte de la sociedad, todos aprenderían del mecanismo disciplinario que los llevaría hacia un modelo de ciudadanía. Muchas de las mujeres y de los hombres castigados en la época atentaban contra lo estipulado por la religión, las autoridades y, naturalmente, por la moral en curso. El prisionero, la mujer pública, el briago, el nefando, el violador… son expresiones por desaprobar pertenecientes a un tiempo-espacio que normalizaba la sociedad Vallisoletana, con ello establecía indirectamente quién podía ser un ciudadano ejemplar y a quién había que transformar o excluir. 
Imagen: AHMM.
Es de esta manera, que el presente Boletín lleva por título Sujetos transgresores: criminalidad y castigo, aborda a los sujetos cuyas experiencias quedaron plasmadas en fotografías, reglamentos, expedientes, relatos… y que son estudiados desde perspectivas diferentes por parte de las autoras; desde luego, aproximarse a la experiencia del transgresor implica también narrar el testimonio de sus víctimas. Las historias que se recopilan a través de este Boletín dan cuenta de las relaciones entre victimario-víctima, de las relaciones de poder al interior de los espacios carcelarios, de las diferencias que residía entre el transgresor hombre vs. mujer, etcétera. 
Así, la estructura pensada para este Boletín se contempló en tres secciones. El primer apartado, corresponde a la sección temática, tiene como propósito ser un espacio para que estudiantes e investigadores den a conocer avances o resultados de investigaciones sobre el tópico propuesto y que hayan tenido como fuente principal los acervos documentales del Archivo General, Histórico y Museo de la Ciudad. En esta ocasión, el eje temático está integrado por cuatro historiadoras de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y que, también, son miembros activos del Grupo de trabajo sobre Historia Regional de las Mujeres y de Género, siglos XVII-XX. Las autoras se dan a la tarea de explorar la violación en Michoacán durante la Colonia, la sodomía en el siglo XVIII, el quehacer de la Junta de Vigilancia de Cárceles y la “Casa de recogidas” durante el porfiriato, así como la prostitución en Morelia en el período 1920-1960 y la creación de la zona de tolerancia.
Por su parte, la segunda sección está dedicada al documento, espacio en el que las autoras, compañeras del Archivo Histórico del Municipio de Morelia (AHMM) se dieron a la tarea de contextualizar las experiencias criminales en diferentes momentos del siglo XIX a través de uno, dos o tres documentos que resguarda el AHMM en el Fondo Independiente I. Las temáticas que conforman esta sección giran en torno a la manutención de reos, el sistema carcelario, la embriaguez, la fotografía y reglamentación de la mujer pública. Finalmente, en la sección de breviario se informa tanto de los avances como de las peculiaridades en nuestra Biblioteca; posteriormente, se presenta el catálogo que comprende las publicaciones del Archivo durante el 2011. 
En suma: el tercer Boletín Rosa de los Vientos comprende una obra colectiva que encontró eco en las colaboradoras que hoy participan tanto del Instituto de Investigaciones Históricas de la UMSNH como en historiadoras egresadas de la Facultad de Historia de la misma institución, y que en algún momento accedieron a nuestros acervos. Por supuesto, llegar al termino de esta obra se debe al entusiasmo e interés que desde el inicio mostró el equipo de trabajo que conforma el AHMM y que hoy presenta este Boletín no sólo con el propósito de divulgar la riqueza documental que contiene, sino también con la firme idea de que contar la historia de los sujetos transgresores es contar la historia de los esquemas de pensamiento de la sociedad en turno, de quienes delinean las prácticas, de quienes las obedecen y de aquellos que se resisten.

Bibliografía
Foucault Michel, Historia de la locura en la época clásica, Tomo ii, México, Fondo de Cultura Económica, 1982.

Dra. Yaminel Bernal Astorga
Jefa del Departamento del Archivo Histórico